Milford Sound | Nueva Zelanda

Uno de los paseos mas famosos de Fiorland es el llamado Milford Road, una ruta de 120km que parte desde Te Anau y termina en el fiordo Milford Sound.
Para poder hacer esta travesía decidimos arrancar desde Te Anau y pasar una noche en el famoso Milford Lodge.

Hay paradas de todo tipo en esta ruta, todo depende de cual sea el medio de transporte elegido y del tiempo que uno disponga. Muchos optan por contratar vuelos aereos, dependiendo el clima van desde Te Anau a Milford en avioneta. Nosotros fuimos por ruta,  el chofer del micro un ruso radicado en Nueva Zelanda fue de lo mas amable y paro en cada lugarcito increíble para que podamos hacer algunas fotos.
El primer lugar que paramos a ver se encuentra a 50km desde Te Anau y se llama El Valle de Eglinton. Se trata de unas planicies muy llamativas con un fondo montañoso alucinante, luego vimos que estas postales son bien características de Nueva Zelanda.

Unos kilómetros mas allá se encuentran los Mirror Lakes, que como bien indica su nombre son unos verdaderos espejos naturales en donde las motañas se lucen reflejadas en el lago.

A casi una hora y media de viaje desde Te Anau se encuentra el mirador de Hollyford Valley con una vista aérea de un valle increíble que en nuestro caso estaba lleno de nubes. Parece mucho no? Pero todavía había mas… unos kilómetros mas adelante se encuentra Monkey creek, un arroyo no muy grande pero no imprescindible de visitar.

Para el final quedaba “The Chasm” una caminata de 30 minutos metidos en medio del verde neo zelandés disfrutando de piedras agrietadas llenas de pequeñas cascadas y ríos. Caminar por esta zona nos abstrajo de donde estábamos, parecía una jungla en medio de las montañas.

Milford Sound Lodge, es un hospedaje que está empotrado en las montañas (sin nada mas cerca salvo por el puerto a unos 2kms) nos dimos el gusto de dormir una noche al lado del río Cleddau, con una de las vistas mas hermosas del viaje.
El hospedaje es relativamente caro (no tanto si se incluye el ticket del crucero al fiordo),  realmente valió la pena descansar en un lugar asi. Para abaratar costos nos fuimos aprovisionados de tes, galletas y quesos varios que compramos en el súper de Te Anau, con la idea de no gastar un peso mas por estos lugares.
Al llegar al lugar nos dieron la sorpresa de que nos regalaron el desayuno y LA CENA!!! No sabemos muy bien si fue porque era temporada baja o porqué, pero realmente inesperado, nos ahorramos una buena pasta. Almorzamos los quesitos tranquis disfrutando las vistas de nuestra cabaña y por la noche tuvimos una cena deliciosa con platos autóctonos en el restaurante del lodge.El nivel de las dos comidas fue muy bueno y los chicos que trabajaban en el lodge (todos extranjeros en plena aventura) nos atendieron de la mejor manera.
Vale la pena salir a recorrer los terrenos del hotel ya que hay un par de rincones al lado del río que son de ensueño.

Temprano a la mañana del día siguiente despues de un desayuno bien contundente (los mejores huevos benedictinos que hayamos probado nunca!!) nos fuimos con el transfer que incluye el hotel hasta el puerto en donde nos esperaba un crucero de dos horas por los brazos y rincones del fiordo Milford Sound. En el primer crucero del día que sale temprano solo van los que residen en el Milford Sound Lodge porque el viaje desde Te Anau tarda unas 3 horas y desde Queenstown 4 horas, tuvimos la suerte de ir con muy pocos turistas.

Nos tocó buen clima, con unas nubes que le sumaban al espectáculo. El fiordo en si, es mas chico que el Doubtful Sound, pero igual tiene una belleza natural imponente. Vale la pena hacer esta escapada, no solo por el fiordo, sino por los lugares que uno ve en esta zona.

Recorriendo las aguas de los fiordos neozelandeses. El capitán apaga los motores en medio de tanta hermosura y nos regala un momento único para disfrutar. Solo escuchen la naturaleza dice. Increíble tanta belleza, mientras disfrutamos un cafe caliente se respira gran paz y armonía que no quiero que se acabe nunca.

Llegamos a una plataforma donde bajamos,  el «Milford Discovery Centre» que es un observatorio submarino flotante ya que esta en un parque nacional no se pueden hacer construcciones bajo el agua. El lugar esta en constante movimiento, y en el piso bajo el agua se puede ver toda la fauna marina del fiordo por pequeñas ventanitas. ?

A la vuelta del fiordo hicimos la caminata desde el puerto hacia el hotel y pudimos disfrutar de unas vistas únicas como pocas, realmente creo que este pequeño paseo es donde el fiordo muestra todo su esplendor y desgraciadamente para los visitantes este es un paseo que no está muy bien informado. y creo que mas de uno se lo debe haber perdido ya que el desvío por donde se accede al mismo no está muy bien señalizado y no da ningún indicio de la magnitud de las vistas a las que se acceden.

Ya con las valijas en mano, nos tomamos un último café en el lodge porque era tiempo de partir a la aventurera ciudad de Queenstown.

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Fotógrafa apasionada del arte, los viajes, el buen comer, los colores y el surrealismo. Creando una mirada propia, disfrutando mucho mas estar detrás del lente expresando mi punto de vista sin palabras.

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1 Comments:

  1. Héctor R. Miselli octubre 22, 2017

    Hermosos lugares, hermosos recuerdos, como siempre fotografiados y relatados de manera notable.

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