Día nublado y lluvioso en Oslo, de lo más agradable debo decir, ideal para lo que teníamos planeado.
Luego de dar una caminata por el centro de Oslo y ver un poco el puerto, nos acercamos al City Hall donde nos estaba esperando la guía del tour.
Al momento de la hora pactada ya éramos diez personas de diversos lugares del mundo (España, EEUU, Suecia, Nueva Zelanda, Irlanda, Inglaterra y dos Argentinos) listos para degustar los manjares noruegos que el tour prometía.
Como primera parada nos dirigimos hacía Rorbua, un restaurante alucinante en el puerto de Oslo.
El estilo es de casa de pescador, rústico pero con mucho nivel y con una carta de lo mas interesante. Para los que compran la Oslo Pass hay descuento (los precios son carísimos).
Nos tocó realizar una degustación de varias especialidades noruegas, todo muy rico, no faltó nada: salchicha de alce, corazón y lengua de ciervo, trucha, bacalao marinado, tallos de vieras salteados y el plato fuerte ballena enana!
Nos sorprendió el sabor de la ballena, ya que se asemeja un poco al jamón Prosciutto, realmente muy rico. Pero lo que mas nos gustó por su sabor intenso fue el ciervo, una delicia y distinto al sabor del ciervo que comemos en la Patagonia argentina (que también es muy rico pero mas suave).
El segundo destino fue una cervecería a unas cuadras llamada Amundsen (sport pub estilo inglés). Muy ricas las cervezas, pero nada especial ya que son estilo tradicional de EEUU. Yo sinceramente esperaba probar artesanales de noruega, pero no fue el caso. Cuando le consulté a la guía sobre esto, me comentó que hacían este estilo porque era el que mas vendía (?).
La última parada de la caminata por Oslo (que se acerca a las cuatro horas de duración) fue en el mercado de Mathallen. Luego de una linda caminata bordeando el rio Akerselven (donde nuestra guía Davina nos explicaba en detalle las características de esta hermosa ciudad) llegamos a un lugar muy recomendado para ir con o sin tour. Hay tiendas muy originales con mucha comida y productos orgánicos y artesanales todos de las granjas de noruega, vale mucho la pena.
Creo que por ser domingo estaba repleto de gente, familias enteras degustando toda clase de platos. El mercado con ese aspecto de fábrica abandonada, con altos techos llenos de vigas, poleas y lámparas antiguas le daba el toque acogedor al lugar.
En primer lugar hicimos una degustación de quesos, que estuvo muy rica, uno de los quesos tenía clavo de olor, el segundo parecía estilo suizo y el último, que era el mas rico, estaba mezclado con una baya local. Desgraciadamente no recuerdo muy bien los detalles de los nombres de los quesos.
Lo siguiente fue un plato con fiambres de alce y de ciervo, acompañados de un licor casero rico y dulzón. Luego pasamos a probar el tradicional Brunost o queso marrón. Es algo así como una versión salada del dulce de leche, hay que probarlo porque es un sabor muy particular, pero a nosotros no nos gustó mucho.
Para el final quedaron los dulces (confites de chocolate y dulce ácido), que estaban un poco empalagosos, pero ricos.
y miren con lo que nos topamos en una de las góndolas del mercado noruego: Bebidas de YERBA MATE, made in Argentina 100%. 🙂
Una experiencia, que si bien un poco cara, yo creo que lo vale, no solo por la comida sino por el paseo también, ya que se recorren algunos lugares y calles que de otra forma difícilmente uno recorra.
Para los que quieran hacer food tours en Oslo (o también en Estocolmo y Copenhaguen) les dejamos la url de la empresa: http://www.foodtours.eu/
*** Gaby ***
y un poco de lo vivido en Noruega:
Bueno, después de leer esto, no me queda otra alternativa que ir a comer una porción de torta 😛