Nuestra experiencia Tailandesa no empezó del todo bien. Para ir a Camboya es necesario pasar por Bangkok y fue en ese aeropuerto donde tuvimos nuestro gran susto del viaje.
Para entrar a Tailandia hay un requisito especial para los que somos de Latinoamérica, llevar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. Nosotros en su momento antes de ir a Perú, nos dimos esa vacuna, pero la verdad es que no nos la pidieron, así que quedó en el olvido hasta este viaje.
Desgraciadamente, resultó que el certificado que nos dieron en el hospital no era el correcto, algo que no pasó desapercibido por la gente que nos atendió en el control sanitario del aeropuerto.
Por suerte, después de charlar un poco y explicar que no era nuestra culpa, que la vacuna la teníamos, nos dejaron pasar.
El miedo era a la vuelta de Camboya, en donde nos iban a volver a controlar. Por suerte, la persona que nos recibió en este segundo control no estaba con muchas ganas de hacer trámites y ni siquiera nos pidió el certificado. MORALEJA: a controlar bien todo lo que nos piden para entrar a un país que no es el nuestro y COMO lo piden.
La primera impresión de Bangkok ya nos dejó muy claro el panorama. El Uber desde el aeropuerto salió baratísimo y el tráfico hacia el hotel se nos hizo eterno. Sin dudas, son los dos grandes rasgos que definen a esta ciudad.
Hay edificios muy modernos, aunque no están tan iluminados como en otras grandes ciudades que nos tocó visitar, por lo cual, las mejores vistas son las que se ven de día.
Nos quedamos en el hotel Eastin Grand Sathorn, un lugar muy lujoso, con un desayuno espectacular (dulce, salado, barra de comida japonesa, etc etc), una pileta infinita en el piso 14 con vistas muy piolas y sobretodo, un precio increíblemente barato!
Un lugar como este no puede ser menos y cada mañana tiene que armar centros de mesa con flores naturales… increíble el trabajo y lo bien que olía ni les cuento ????
La piscina en el piso 14 con vistas increíbles a los grandes rascacielos se llevo toda nuestra atención, la disfrutamos de día y de noche… wawww era como nadar cerquita de las estrellas y las luces de neón. Nuestra idea de pasar por Bangkok ademas de visitar algunos templos y conocer la ciudad era relajarnos un poco y hacer compras!!
Un objetivo que nunca perdemos es el de comer bien y rico 😛 en este hotel los desayunos eran increíbles, toda la variedad para el turista desde bollería dulce hasta sushi. Siiii sushi leyeron bien, sushi para el desayuno. Aparte de las bebidas frutales estaba el dispenser de cocos por si te antoja una buena fruta tropical para arrancar el día. 😛
Dato curioso: en los billetes de 1000 bath aparece el rey con una cámara de fotos. Es que este rey si que sabe!!! ?
A pocos días de volver a la Argentina nos enteramos que el rey Rama IX que aparece en el billete facellece a los 88 años poniendo fin a toda una era en la que ejerció como rey durante siete décadas. Triste noticia, parece que era un hombre muy querido por su gente.
Como todo en esta ciudad, el hotel está directamente conectado con el Skytrain (un tren que va por arriba de los autos), ya que es muy difícil caminar en Bangkok, de hecho, me pareció la ciudad menos amigable para el peatón de todas las que nos tocó conocer en nuestros viajes.
Hay barrios en donde hay que hacer varias cuadras antes de poder encontrar un cruce habilitado para la gente.
Para gente como nosotros, esto es algo que tira un poco abajo la experiencia, ya que somos muy fans de caminar mucho, pero bueno, entre el Skytrain y el sistema de barcos, se pueden alcanzar varios punto de interés.
Hay algunos lugares que solo se puede ir en coche o tuk-tuk, lo cual toma su tiempo, pero teniendo en cuenta lo barato que es todo, Uber es una opción excelente si no tienen mucho apuro. Lo usamos bastante para llegar a algunos lugares medio particulares, como el fabuloso paseo Asiatique, en donde no faltan tiendas, entretenimiento y muchos lugares para comer, todo con una hermosa vista nocturna de Bangkok y su río Chao Phraya.
Hablando de tiendas, Bangkok es la ciudad ideal para salir de compras. Los precios y la variedad de productos de calidad que venden es algo único en el mundo. Nosotros viajamos con las valijas medio vacías pensando en esto y la verdad que no le erramos! Sorprende mucho la diferencia de precio que puede tener una misma marca entre dos lugares del mundo.
Recorrimos shopings y mercados callejeros comprando sourvenirs y regalos. Aprovechamos a comer comida del lugar… sabrosa, picante y muy bien condimentada al estilo de ellos.
Todos los shoppings están directamente conectados con una estación de tren, a veces hay hasta 3 o 4 uno pegado al lado del otro. Particularmente nos gustaron mucho “Terminal 21” en donde hay mucha ropa con diseño original que no se consigue en ningún otro lado y “MBK” un lugar en donde hay desde ropa hasta tecnología, todo baratísimo y de mucha calidad.
El terminal 21 es mas que un shoping, cada piso simula ser un país diferente, Londres, Francia, Brasil, China entre otros. Ambientados como si recorrieras cada una de sus calles las tiendas te ofrecen ropa de diseño con tendencia a estos países. Véase la remera de mazinger z que conseguimos en el piso de Japón ✌. Alado el piso de USA con el gran puente de San Francisco.
No faltan tampoco, los shopping de gama alta, con diseños arquitectónicos alucinantes, llenos de tiendas de lujo y grandes marcas. No compramos en esos lugares, pero vimos que los precios son muchos mas económicos que en cualquier otro lugar. Así como entramos a estos shopings salimos… muy alta moda para nosotros.
En definitiva, Bangkok es la ciudad ideal para hacer unos días de compras antes de ir al sur del país a disfrutar de sus playas.
Mas allá de las compras, hay otras actividades, pero eso ya lo dejamos para otra entradita.
Nota: casi todas las fotos de esta entradas están tomadas con el móvil.
Wooowww, que copado se ve! Saludos!!
juntando datos para dentro de poco????? ??